Bien entrada la noche, a eso de las dos de la mañana, empieza el desfile de programas de relleno que cubren la parrilla por imperativo legal. Y es que cuando el presidente Zapatero dio las concesiones de la TDT, obligaba a que tuvieran que emitir las 24 horas, desapareciendo las cartas de ajuste y aquellos granitos grises moviéndose en la tv, mientras sonaba un crepitar, que tantos sustos nos dieron en la mítica película Poltergeist.
Los malos espíritus de la película no aparecen de la misma forma, pero sí una amalgama de personajes, entre los que destacan los videntes que ofrecen sanaciones, o resolver cualquier problema mediante bendiciones, previo pago de una llamada telefónica a un número empezado por 806. Mientras otros canales optan por los programas de juegos de azar, llama la atención que la laica SEXTA TV elija para cubrir esas horas con programación espacios tan “espirituales”, desde tiempos anteriores a su compra por el Grupo Planeta.
Recordemos, estamos hablando de un canal donde la línea editorial es claramente de izquierdas, “progresista”, ya sea en programas como Salvados, al Rojo vivo, El Intermedio del Gran Wyoming, o en sus noticiarios. Y es más, mantienen un laicismo a veces hiriente hacía la confesión predominante en este país, el Catolicismo.
Pero a partir de las 2 de la mañana es momento de dar creencias en algo a su sufrida audiencia, y que entren en escena personajes como Sandro Rey o Silvia Raposo, que con sus “poderes” pueden solucionar cualquier problema a los que marquen el teléfono que aparece bajo sus imágenes en la pantalla. Debo reconocer que al principio, algún fin de semana veía estos programas, comentándolo con algún amigo vía Whatsapp, para reírnos del “rostro” que echaba alguno de estos individuos en las respuestas que daban. Recuerdo muchos casos en los que se quejaban por la tardanza en sacarles en directo, no olvidemos que te cobran más cuanto más tiempo estés. Pero en especial tengo en la memoria una llamada a Sandro Rey, donde el vidente le decía a la señora: “veo una Mercedes en tu vida”. La señora contestaba: “no conozco ninguna Mercedes”, a lo que el adivino respondía: “no la conoces, pero la conocerás”… -sin comentarios-.
El colmo del cinismo es cuando hablan de ronda de llamadas gratuitas a los oyentes, las cuales les hacen tras llamarles a los citados prefijos 806, que garantiza un caro pago por minuto. También son significativas las llamadas que se producen cada “equis” tiempo, dando con una persona de la que curiosamente saben casi hasta el número de pié que calza.
Es lamentable ver como personas que sufren situaciones desesperadas, que tienen una verdadera ansiedad de saber qué les deparará el futuro, padecen el esquilme diario de personajes que basan su sustento en unas supuestas habilidades especiales, con el beneplácito de un canal de tv que se supone responde a una «ética» de izquierdas, y laica.
Un canal que no le duele prendas en denunciar el supuesto clericalismo de algunas instituciones, que no entienden por qué deben romper con tradiciones que van más allá de las modas ideológicas, pero que por la noche cede su espacio a un Sandro Rey que se atreve a decir “yo te bendigo” a aquellos que le llaman, con gesto de párroco, y apariencia de chamán reciclado del barrio Gótico de Barcelona. Y es que cuando la izquierda se mete a hacer negocios, no entiende de escrúpulos, ni a veces de ética.
