
Correr es o puede ser un placer adictivo, no al principio, cuando las piernas duelen y la respiración no va acompasada bordeando el flato constantemente, mientras ves adelantarte hasta las tortugas del Henares. Hacer Running empieza a ser un placer cuando ya llevas varias semanas de sufrimiento y ves por momentos que tus piernas van solas, y que el cuerpo te pide más velocidad.
Son en esos momentos de la carrera cuando la mente parece que se libera y piensas con más claridad y relajación, es como si nada te hiciera sufrir y todo lo vieras más positivo. La velocidad del ritmo, la respiración y la ausencia de dolor te hacen sentir que tu mente flota, probablemente es la sensación más parecida a volar que hay. Quizás sea un efecto secundario de liberar endorfinas.
Entre nosotros, son pocos los días que he conseguido ritmos tan buenos y relajados, lo normal es salir con prisas y ganas de cumplir, lo que en algunos momentos te puede llevar a una angustiosa ansiedad, que agudiza el cansancio. Mis mejores carreras siempre han coincidido cuando he salido sin preocuparme por el tiempo, a la aventura, y muchas veces sin conocer realmente la ruta.
Pero tan importante como una buena carrera, es un buen descanso. La relajación del corredor es lo que realmente puede hacer que correr sea muy adictivo. Los ritmos cardíacos mejoran y tú lo notas en tu estado de ánimo –casi todo el mundo-. Más no puedo deciros, sólo animaros a que lo practiquéis empezando a un ritmo moderado hasta que os veáis más fuertes, pero nunca forcéis demasiado la máquina, no merece la pena, lo importante de todo lo que se hace con esfuerzo es que cuando llegue el momento sepamos disfrutarlo, ese puede ser el secreto de que “running is a addictive pleasure”.
el entreno cansa, el descanso entrena. Perseverancia, correr es uno de los deportes donde menos excusas se pueden poner. Estas tu y el crono. Y apañate como puedas.