UN PROYECTO PARA ESPAÑA

Bandera de EspañaDesde la invasión francesa de 1808 España carece de un proyecto claro como Nación. Se ha movido en una huida hacia delante entre los nostálgicos de un pasado Imperial y Glorioso, y los que sencillamente reniegan de ella como una madre que no les da una vida mejor.

Durante la Reconquista y posteriormente con la expansión mundial de España, creando el primer Imperio global de la Historia, tuvimos un proyecto claro de nación con altibajos. Nos podía gustar más o menos, pero era nuestro proyecto ante el Mundo y ante la Historia.

No nos sorprende ahora a algunos que en Cataluña ocurra lo que ocurre, porque aunque los nacionalistas se basen en mentiras y en un futuro ilusorio, al menos en medio de la crisis han ofrecido a sus ciudadanos una alternativa que les ilusiona. El problema es que desde nuestras instituciones, en la mayoría de los casi 38 años de Democracia, no se ha ofrecido una alternativa ilusionante al mismo, y cuando se estaba cerca de plantear un proyecto de nación, como ocurrió en la etapa del presidente Aznar, a los españoles nos ha entró vértigo. En el momento actual el gobierno de España tiene una colosal tarea de sacar a nuestro país de la crisis y es bastante complejo de momento plantear este debate, ya que las necesidades perentorias son siempre prioritarias.

Se habla ahora mucho de reformar la Constitución del 78 y estoy de acuerdo, ya que es una ley demasiado larga y densa que quedaba por tanto muy enraizada al momento que se hizo, y que como es lógico a las pocas décadas se quedó desactualizada.

Pero una reforma de nuestra Carta Magna, más que plantear o no un nuevo modelo federal, o reducir las autonomías y sus competencias, debe de plasmar el objetivo de España para las próximas décadas: ¿Qué queremos ser? ¿A dónde queremos llegar?

La Constitución de 1812 fue un último intento de crear un proyecto para nuestra nación, para aquellos “españoles de ambos hemisferios” donde se decía en su artículo 13 que “El objeto del Gobierno es la felicidad de la Nación”, un concepto algo etéreo pero deseable y loable.

Alemania tiene clara que quiere liderar Europa, Estados Unidos ser el gendarme del mundo, y China la fabrica de todo el planeta. Nosotros tenemos que tomar una decisión ya, decidir cual debe ser nuestro lugar en el mundo.

Lo bueno de todo es que mantenemos muchas potencialidades históricas como la presencia de nuestra lengua que sirve de koiné a más de 400 millones de personas, el vínculo atlántico, la situación de intermediaria cultural y geográfica con África, nuestra presencia mediterránea y nuestro gran vínculo histórico europeo. Es el momento de decidir, esta vieja gran nación no puede esperar más tiempo.

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